miércoles, 17 de noviembre de 2010

Nombres para el tiempo celeste y el tiempo terráqueo

Para el pastor, su trabajo discurre paralelo al tiempo, a lo largo del día, de los meses y los años. Cualquier pequeña variación del paisaje sujeta al paso de la luz, es un acontecimiento que queda relacionado con el lugar concreto en que fue observado. La cueva donde rige el sol, las del risco de los buitres, la cueva que ruta hondo, al rodar de los cantos que la mano arroja por la curiosidad del negro espacio abierto en la peña.

Para la gente que miró al cielo desde el valle, sobre tierra llana, los actos asociados a lugares de donde procedían sus elementos vitales, serían los orígenes que condicionarían los nombres. Cueva Vanza, o del bol, de donde salía la arcila para el cacharrero. Cuevas de las Fraguas. La Rebulladera o Rumiadera, que antes de "salir" se la oía rumiar como a las vacas.

Cada historia humana pudo generar un nombre para un sitio, y cada nombre de paraje puede desarrollar una historia ya olvidada y reinventada. Cuando había gente trabajando en los surcos del campo, los nombres de los pagos permanecían agarrados al suelo y al paisaje. Un viajero podía saber de inmediato el nombre de la cueva que allí se abría, impresionante, minúscula u oculta. Hoy, ¿quién guarda los nombres de las cuevas que no se escribieron?